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La tentación luciférica en la actualidad (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Pero con todo, a pesar de las expresas manifestaciones
que hacen esos protagonistas que se adscriben al Gnosticismo
luciférico con tanta facilidad e inmediatez, es
francamente difícil asumir que la gestión
absolutamente destructora y entrópica que supuso el paso
del nazismo
hitleriano por el planeta durante el curso del siglo pasado,
corresponda estricta y exclusivamente a la esfera de
actuación del mismísimo Lucifer y en general de las
potencias espirituales luciféricas, que vienen actuando
desde siempre en la internalidad del alma humana,
por supuesto con su actuación tentadora y probatoria, pero
en todo caso a favor del desarrollo
espiritual del hombre, aunque
desde su prisma esencialmente antimaterialista. Es obvio pensar
que la labor de otras entidades espirituales, perfectamente
antihumanas, como lo puedan ser los Asuras Satánicos, los
auténticos generadores de la destrucción atlante,
hayan sido los inspiradores y promotores de la destrucción
y la locura nazi, y que la militancia "espiritual" de los
iniciados negros de La Sociedad de
Thule y de la Orden negra de las SS corresponda a planteamientos
esotéricos netamente asúricos. Cabe perfectamente
pensar que puedan convivir matices luciféricos con la
negatividad básicamente egoística, devastadora y
hasta exterminadora, de las huestes asúricas en su
determinación de dominio del
hombre y del planeta.  Sin embargo, como vamos a presentar a
lo largo de este artículo, los militantes
Hiperbóreos, comulgando de muchos de los principios
tradicionales gnósticos, reivindican para sí,
además de la legitimidad de ser históricamente los
auténticos gnósticos, la guerra y la
destrucción más absolutas contra su sempiterno
enemigo el Demiurgo, extraña combinación de
Satanás y Ahriman, aún por descifrar en su total
veracidad. 

Los autodenominados
gnósticos contemporáneos 

Tales autores, abundantes en diversas webs en la
red de Internet, en su manifiesto
odio y desprecio por el Demiurgo creador y "opresor" del mundo,
al que identifican como el verdadero Satanás, se presentan
abiertamente como partícipes de la ideología esotérica nazi: Para todos
ellos Adolf Hitler,
apoyado por sus lugartenientes y también iniciados
(¿luciféricos?) Himmler, Hess, Goebels y Goering,
entre otros muchos, fue el último "pontífice
luciférico" enviado por las jerarquías de su
ámbito para recuperar el poder en el
mundo por medio de la nación
aria pura alemana y el poder sagrado nazi de la Sociedad de Thule
y su brazo ejecutivo la Orden Negra esotérica de las SS. Y
si la segunda guerra
mundial se perdió, afirman, no fue sino por la
intervención de la Fraternidad ahrimánica de
maestros y sus "dioses traidores" (de la que, afirman, forma
parte el maestro Jesús) dirigidos por quien llaman
Satán Kumara, y por el Satanás
asúrico….En tal sentido reivindican como
único Dios al que denominan Incognoscible y aseguran estar
inspirados por el enviado del mismo, Lucifer, el único y
auténtico Kristos, quien en la Atlántida vino a
traer la luz para liberar
y ayudar a despertar a todos los "espíritus" (que no
almas) luciféricos, todos aquellos hombres actuales que un
día fueron engañosamente apresados en la materia impura
llamada cuerpo-alma, que pertenecen por origen a otro plano,
increado e incognoscible….Y en tal sentido preconizan la
guerra permanente a muerte con lo
que llaman la Sinarquía materialista y democrática
del "Gobierno
Mundial", y designan como su enemigo esencial al Demiurgo
Jehová y a su pueblo elegido, la raza judía. Apelan
a sus "viryas" o guerreros luciféricos, los
"Caínes" del mundo, a despertar su espíritu
encadenado por las Jerarquías Angélicas obedientes
a ese Demiurgo (el Espíritu de la Forma Elohim
Jahvé, al que consideran ordenador de la materia y de este
universo
pernicioso,) a las que llaman "traidoras", para volver
definitivamente a su Origen a través de las
prácticas y las pruebas de su
Iniciación Hiperbórea o Luciférica, que les
permitirá liberarse de la materia y de su prisión
corporal humana.  

Todo ello viene siendo presentado en una especie de
"tutum revolutum" que congrega las creencias tradicionales
gnósticas que patrocinan como si fueran los únicos
detentadores legítimos, lo cual en definitiva viene a
coincidir con los postulados de la denominada "Tentación
Luciférica" dentro del esoterismo occidental, al
preconizar como única vía de trascendencia la
iniciación "hiperbórea" que les permitirá
volver al seno del Paraíso Luciférico original del
que proceden, y así separarse para siempre de la
influencia y dominio de Jehová y sus designios
kármicos, para desde allí prepararse para
eventualmente, al final del Pralaya, volver a luchar en la tierra en
la llamada Batalla Final (la "Guerra de todos contra todos") en
nombre de Lucifer. Manifiestan que el devenir de la Historia, el avance
inexorable de los pueblos culturalmente dominados por la Estrategia de la
Fraternidad Blanca en dirección a las Tinieblas del presente Kaly
Yuga, causaría la manifestación cada vez más
fuerte de las Potencias de la Materia (podemos entender que se
refieren a los poderes ahrimánicos externos), y su
consecuencia inevitable sería que el enfrentamiento, entre
la espiritualidad emergente de la pureza racial y la
degradación de la Cultura
materialista, se iría tornando más y más
intenso hasta llegar, naturalmente, a una Batalla Final donde el
conflicto se
dirimiría definitivamente: ello coincidiría con el
fin del Kaly Yuga. Es decir y en suma: declaran la guerra
permanente ahora contra el sistema global
(lo que denominan las Potencias de la Materia) y contra las
religiones
demiúrgicas tanto sionista como cristiana, y anuncian la
lucha a muerte contra sus mencionados enemigos por los siglos de
los siglos a través de todas las razas y épocas y
civilizaciones por venir.  

Tomemos por ejemplo el libro,
publicado en su totalidad en Internet, de Luis Felipe Moyano
"Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea", en
el que expone toda la filosofía luciférica y los métodos
iniciáticos de acceso al "Origen" o Paraíso
liberado de la acción
de las Jerarquías "demiúrgicas". El autor, gnóstico y luciférico autoconfeso,
descendiente al parecer de "iniciados hiperbóreos" nazis
alemanes emigrados a Argentina, como profusamente relata en su
obra novelada, nos cuenta un encuentro directo con el Fuhrer
alemán en Berlín poco antes de la guerra, y del
cual trascribimos la exposición
de Hitler, cuya
filosofía, en términos generales, viene a ser
ratificada por todos esos modernos autores gnósticos
hiperbóreos internautas de habla hispana (ese mismo
Nimrod Rosario, Miguel Serrano, Herrou Aragón, Ignacio
Ondargáin, etc.) reivindicadores todos ellos de esa
sempiterna lucha, que perfectamente podríamos calificar de
antimaterialista y, en definitiva, antiahrimánica: En el
extracto siguiente de dicha obra, en efecto, el joven Kurt Von
Sübermann concurre con su padre, amigo de la infancia de
Rudolph Hess, a una fiesta en la Cancillería del Tercer
Reich. Allí es presentado al Führer quien procede a
efectuar sorprendentes revelaciones. La transcripción
completa de dicho párrafo
se da a continuación:  

Adolfo Hitler volvió a tomar la
palabra:  

-"La gente no compenetrada en la FILOSOFÍA
OCULTA del nacional socialismo, suele
cometer gruesos errores de apreciación al juzgar muchas de
nuestras afirmaciones, creyendo ver en las mismas una
superficialidad estúpida, cuando generalmente se trata de
ideas sintéti­cas, SLOGANS, extraídos de
profundos sistemas de
pensamiento.
Por ejemplo, ante la afir­mación del joven Kurt de que
"el enemigo es Jehová-Satanás", que es una idea
sintética de hondo contenido filosófico, muchas
mentes ignorantes se verían tentadas de suponer que tal
concepto
arranca de un grosero antisemitismo.
Alegarían argumentos elementales como estos: –
"Jehová" es el Dios de Israel, un Dios
de raza, uno entre cientos de dioses étnicos; es pues
exagerado tomarlo por el único Dios o Demiurgo
(objeción, esta si, antisemita). O este otro: –
Jehová es el Dios de Israel pero, por su carácter monoteísta, es el
único Dios, entonces ¿por qué se lo
identifica con el Demiurgo? ¿Es por una creencia
herética del tipo GNÓSTICA? (interrogante de
quienes creen que ser "cristianos" implica la adoración de
Jehová y que su re­chazo significa una "herejía
anticristiana"). Otro argumento banal es el siguiente: – si hemos
de rechazar al Demiurgo considerando su obra material como
esencialmente "mala", ¿porqué identificarlo
sólo con el Jehová judío habiendo cientos de
denominaciones alternativas en la mitología etnológica y en los
panteones religiosos de todos los pueblos de la tierra?
(interrogante que suelen padecer quienes ignoran totalmente que
significa Israel en la Historia de Occidente y cual es el secreto
de la dinámica racial
judía).

"Objeciones como las precedentes, opondrían
nuestros críticos al oír hablar de
Jehová-Satanás como "el enemigo contra el cual
combatimos" y, por supuesto, les sorprendería la
pa­labra "Satanás" adherida a Jehová,
cuestión que, sin duda, les arrancaría
irónicas conclusiones.

"Pues bien: tales argumentos reposan en una
circunstancia común: ¡la ignorancia de quienes las
formulan! Por supuesto que nosotros SABEMOS que el Demiurgo
recibió otros nombres a lo largo de la Historia. Pero si
elegimos, entre ellos, el de Jehová es porque se trata del
ULTIMO NOMBRE con el cual El se ha autodenominado. Y con dicho
nombre lo designa aun su "pueblo elegido", Israel, el cual no es
otra cosa que un desdoblamiento psíquico del mismo
Jehová-Satanás".

Estas palabras del Führer me sorprendieron
vivamente por sus implicaciones metafísi­cas.
¿Los judíos
no constituyen una raza como las demás, compuesta por
INDIVIDUOS?….era una teoría
turbadora la que acababa de oír.

"¿Se sorprende Ud., joven Kurt? –
preguntó el Führer quien sin duda advirtió de
in­mediato mi turbación. Pero no me dio tiempo a
responder y continuó su explicación:

– Pues aún no ha oído nada:
Israel es un "chackra" de la Tierra , es decir, es una
manifes­tación psíquica COLECTIVA del Demiurgo
Jehová y por eso nosotros afirmamos que el judío NO
EXISTE como individuo; que
no es un hombre como el resto de quienes componen el ge­nero
humano.

"Pero la manifestación de Jehová en una
raza elegida, es un suceso más o menos recien­te, de
pocos miles de años, y la Ordenación de la Materia
o "creación" data de millones de años atras. Por
eso, por la "novedad" que representa el nombre "Jehová"
comparado con otros nombres del Demiurgo, que empleaban pueblos
mas antiguos y cultural­mente más importantes en la
Historia , y por la antigüedad geológica del
Universo, es que pare­ce EXCESIVO designar con el nombre
"Jehová" a un Dios cósmico. Pero se trata
sólo de una apariencia. Aquí hay que imaginar un
Demiurgo Primordial al que podemos cómodamente
de­nominar EL UNO, tal como hacían los estoicos.
éste es quien ordena el caos y se difunde
panteísticamente en todo el Universo (es él
también el Brahma hindú o el Alá
árabe, etc., toma­das estas denominaciones en su
acepción religiosa exotérica).

"Pero el Plan
Cósmico, de alguna manera hay que llamar a la IDEA DEL
UNIVERSO MATERIAL, se asienta en el ENSUEÑO del Demiurgo,
un estado de
quietud que sin embargo dinamiza el cosmos, como el "Dios
motor
inmóvil" de Aristóteles en ese Gran Día de
Manifes­tación que se denomina también, gran
manvantara. Pero para que todo "funcione" sin que re­quiera
intervención de El Uno, "quien DUERME mientras todo vive
en EL", es necesario dis­poner de un "sistema
automático de corrección". Este es el papel que
cumplen las llamadas JERARQUÍAS CÓSMICAS,
miríadas de "entidades conscientes" EMANADAS por El Uno
para que mantengan el impulso dado al Universo y lleven adelante
Su Plan. El primer paso de la "emanación" son las
MÓNADAS, átomos arquetípicos que fundamentan
toda la estructura
cósmica y hacen las veces de MATRIZ del
Plan del Uno.

"Estas "entidades conscientes", ángeles,
devas, logos solares, logos galácticos, espíritus
planetarios, etc., NO SON SERES INDIVIDUALES sino que forman
parte del mismo Uno y poseen mera APARIENCIA DE EXISTIR debido a
los grados de libertad de
que están dotados durante el manvantara. El recurso
utilizado para lograr dicha ilusión es la extrema
meca­nicidad de la realidad material fundada en LEYES EVOLUTIVAS,
que mantienen el movi­miento progresivo de la materia y la
energía en la exacta consecución del Plan del
Uno.

"Dichas leyes evolutivas son CONSERVADAS por las
"entidades conscientes", ya mencionadas, y DIRIGIDAS EN EL
SENTIDO DEL PLAN. Así podemos distinguir, por ejemplo,
"logos solares", es decir "entidades conscientes" capaces de
"crear" un sistema solar siguiendo el Plan del Uno, pero que en
realidad son DESDOBLAMIENTOS TEMPORALES de El Uno. Lo mismo se
puede decir de los "logos galácticos" o "espíritus
planetarios" y hasta de los simples ángeles o devas:
ninguno de ellos existe como tales, aunque "evolucionen"
su­jetos a las leyes universales. Lo importante aquí
es comprender que todo este espectáculo grandioso que
estamos recreando es PURA ILUSIÓN, una concepción
metapsíquica de carac­terísticas colosales
ideadas por El Uno para su intima contemplación. Porque la
verdad es que todo "lo existente" desaparece finalmente, cuando
sobreviene el Gran Pralaya, la noche de Brahma, en la que todo se
confunde nuevamente en él, luego de una monstruosa
fagocitación.

"Pero dijimos que el universo se
rige por leyes evolutivas. Dichas leyes, que determinan el
universo material, de acuerdo a una verdadera "arquitectura
celeste", como bien dicen los satánicos masones, ocasionan
la existencia de los distintos grados del espacio o "cielos" en
que esta constituida la realidad. Así como hay varios
"cielos" (¿cinco? ¿Siete? ¿Nueve?) hay
"reinos de la
naturaleza"
(¿tres? ¿Cinco? ¿Siete?) o "planetas"
(¿cinco? ¿Siete? ¿Nueve? ¿Doce?) o
"razas raíces" (¿tres? ¿Cinco?
¿Siete?) etc. Estos aspectos engañosos forman parte
del Plan del Uno y los demonios, encargados de llevar adelante
dicho Plan, conforman un ORDEN JERÁRQUICO PRECISO, basado
en la famosa "ley de evolución" que rige los cielos – todos los
CIELOS, desde los atómicos, químicos o
biológicos hasta los cósmicos – en los que
"evoluciona" cada mónada siguiendo los arquetipos de cada
cielo. Es la famosa "ley de causa y efecto" que enseña la
Sinarquía y que las religiones védicas de
la India llaman
Karma y Dharma,
pero que conviene sintetizar como "ley de evolución". Esta
ley DIRIGE el camino "de ida y vuelta" de la mónada, la
cual toma varios "cuerpos" en los distintos cielos a los que
des­ciende para "evolucionar"; dicho "camino" suele ser
representado como la serpiente que se muerde la cola o "uroboro".
Por supuesto que jamás se alcanza la famosa
INDIVIDUACIÓN MONÁDICA, pues ello
significaría una autentica mutilación de la
substancia del Uno y antes que tal cosa sobrevenga, ya
estará todo el universo fagocitado en Su Santo
Buche……… 

………"Supongo que ya conoce esta
teoría teosófica que la Sinarquía
enseña en sus sectas masónicas o rosacruces, y que
se ha de SENTIR ESPANTADO frente a una concepción
de­terminista en que no hay un lugar PREVISTO para la
existencia individual ETERNA, es decir, mas allá de los
pralayas y manvantaras. Y justamente ese espanto, ese grito de
rebelión que Ud. DEBE PERCIBIR brotando de su sangre pura,
constituye una excepción a todas las reglas de la mecánica determinista de El Uno, porque
habla de OTRA REALIDAD ajena a su univer­so material.
¿Cómo puede ser eso si hemos dicho que todo cuanto
existe en el cosmos, ha sido pensado y hecho por él, de
acuerdo a su Plan y por intermedio de sus jerarquías
cósmicas y planetarias? Pues bien joven Kurt, se lo
diré brevemente: porque una parte de la humanidad, a la
cual nosotros pertenecemos, posee un elemento que NO PERTENECE AL
ORDEN MA­TERIAL y que no puede ser determinado por la Ley de
Evolución del Demiurgo. Ese elemen­to, que se llama
Espíritu o Vril, se halla presente en ALGUNOS HOMBRES como
POSIBI­LIDAD DE ETERNIDAD. Sabemos de el por el RECUERDO DE
SANGRE, pero en tanto no seamos capaces de liberarnos de los
lazos que nos atan a la ilusoria realidad del Demiurgo y
remontemos el sendero del retorno al origen, no EXISTIREMOS
realmente como individuos eternos. Me preguntará Ud.
cómo es que en un Orden Cerrado como el que hemos
descripto, pueden coexistir ELEMENTOS ESPIRITUALES ajenos a
él y porque, si no pueden ser de­terminados por las
leyes de la materia y la energía, permanecen sujetos al
Universo de El Uno. Este es un gran misterio. Pero puede Ud.
considerar como hipótesis que, por UNA RAZÓN QUE
IGNORAMOS pero podemos suponer sea UNA ORDEN de un Ser
infinitamente supe­rior al Demiurgo, o UNA NEGLIGENCIA
incomprensible, o UN ENGAÑO colosal, alguna vez han
ingresado al Universo material, una miríada de seres
pertenecientes a una raza espiri­tual que llamamos
HIPERBÓREA.

Supongamos que tales seres hubieran penetrado al
sistema solar por una "puerta" abierta en otro planeta, por
ejemplo Venus, y que ya aquí, merced a un ardid, una parte
de sus Guías Hiperbóreos los hubiesen encadenado a
la ley de evolución. Este encade­namiento, ya lo hemos
dicho, NO PUEDE SER REAL pero, sin embargo, los Guías
Traidores logran CONFUNDIR a los espíritus inmortales
anclándolos a la materia. ¿Para qué hacen
esto? Otro misterio. Pero lo cierto, lo efectivo es que, a partir
de la llegada de tales Guías al sistema solar, se
operará una mutación colectiva EN TODA LA GALAXIA
que MODIFICA el Plan del Uno. Esta modificación
está edificada en la Traición de los Guías y
en la caída de los seres inmortales. Para que Ud. lo vea
claro, joven Kurt, le diré que aquí, en la Tierra ,
existía un ser humano primitivo que "evolucionaba"
siguiendo las leyes de las "cadenas planetarias" y los "reinos de
la naturaleza".

"Esta evolución era lentísima y
perseguía la adaptación final a un arquetipo racial
abso­lutamente animal, dotado de una mente racional,
estructurada lógicamente por las funciones
cerebrales y poseedor de un "alma" conformada por energía
de los otros planos materiales mas
sutiles. Este "hombre" es el que encontraron, en una etapa
aún primitiva de su desarrollo, los Guías Traidores
al llegar a la Tierra hace millones de años. Entonces,
mediante un ingenioso sistema llamado Chang Shambalá que
Ud. tendrá oportunidad de estudiar en nuestra Orden, ellos
decidieron mutar la raza humana, encadenando los espíritus
inmortales a los seres huma­nos ilusorios y materiales de la
Tierra.

Desde ese momento existen tres clases de hombres, los
animales-hombres primitivos o PASÚ, los
semidivinos o VIRYAS a quienes se les adosó un
espíritu y los Divinos Hiperbóreos o Siddhas, que
son todos aquellos que logran RETORNAR AL ORIGEN y escapar del
Gran Engaño. También son conocidos como Siddhas
Leales una parte de los Guías, aquellos que NO
TRAICIONARON y que, encabezados por Cristo-Lúcifer,
intentan SALVAR a los viryas mediante la redención
hiperbórea de la sangre pura, que consiste en despertar el
recuer­do pri­migenio de la propia divinidad perdida.
éstos son los señores de Agartha….Pero nos
apartamos un poco de nuestro tema principal que versaba sobre
Jehová-Satanás, el enemigo contra el cual
combatimos para ganar el derecho a regresar al origen dorado.
Pronto se le hará clara esta cuestión, joven Kurt,
pues si Ud. recuerda que El Uno delegaba en unas "entidades
conscien­tes" la ejecución de Su Plan, podemos ahora
agregar que el sistema solar ha sido construido por una de tales
"conciencias" a la que llamamos Logos Solar, secundada por Devas
de menor Jerarquía quienes OCUPAN determinados puestos en
la mecánica del sistema. En la Tierra , una
"entidad planetaria" infundía vida al planeta e impulsaba
la "evolución" de los reinos de la naturaleza de acuerdo
al Plan Solar, inserto en el Plan Cósmico de El Uno.
Está claro que se trata de emanaciones de El Uno enlazadas
jerárquicamente: El Uno — Logos Galáctico — Logos
Solar — ángel planetario — alma colectiva o grupal, etc.
¿Quien es Dios aquí? Según el nivel de
conciencia y las
pautas culturales y religiosas de los hombres, puede ser
cualquiera de tales "entidades conscientes", pero siempre se
trata del Uno. Si se dice que Dios es el Sol o se
concibe un Dios "creador" de todo el Universo, se esta hablando
de El Uno. Igual si se cree que Dios es la "naturaleza" o la
"vía láctea" o La Tierra. Las diferentes
cosmo­logías gnoseo­lógicas que se
presentan a los hombres en sus distintas etapas de la
"evolución" para concebir el mundo, no invalidan el hecho
de que siempre se aluda directa o indirectamente a El Uno cuando
se habla de Dios.

"Pero regresemos a la Tierra. Cuando los Guías
Traidores llegan a la Tierra se instalan en un "centro" al que
denominan Shambalá, o Dejung, y fundan lo que se ha dado
en llamar Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Oculta de la
Tierra. No es un lugar localizable física­mente
sobre la superficie terrestre, cuestión sobre la que Ud.
deberá aprender más adelante, sino que se halla
situado en un pliegue topológico del espacio. Pero lo que
interesa aquí es destacar que el jefe de los Guías
Traidores, se auto titula Rey del Mundo, pasando a ocupar el
lugar de uno de los doce Kumaras del sistema solar.
¿Qué es un Kumara? un ángel planetario, una
de esas "entidades conscientes" encadenadas por El Uno que
conforman la "idea de un pla­neta". Es aquí adonde
debe ubicarse la clave del nombre Jehová y de su "raza
elegida". Porque el espíritu planetario se llamaba Kumara
Sanat, quien luego de la constitución de Shambalá y de la
venida del Rey del Mundo, decide actuar como REGENTE de El Uno en
la ejecución de Su Plan, ahora modificado. Para ello se
encarna, en nombre del Uno, en una "raza elegida" para reinar
sobre los espíritus hiperbóreos esclavizados. Esa
es la raza hebrea. Es decir que tenemos por un lado a la
jerarquía Oculta de Chang Shambalá, con sus
demonios: los Guías Traidores y su jefe: el Rey del Mundo,
quienes llevan adelante ahora la "evolución" del planeta y
son quienes "guían" a las razas por medio de una siniestra
organización llamada Sinarquía. Y
por otra parte tenemos la raza hebrea que no es sino la
manifestación de Sanat Kumara en la Tierra para ocupar el
máximo escalón de la Sinarquía , en nombre
del Uno. Los mismos he­breos en su Kábala estudian que
"Israel es uno de los 10 sefirot", el sephirah Malkut, es decir
una de las emanaciones del Uno.

"Finalmente Jehová es el nombre
cabalístico del Demiurgo El Uno que Sanat Kumara
representa en la Tierra y es, como dije al comienza de esta
agradable charla, el ULTIMO NOMBRE HISTÓRICO que conocemos
de El. Por eso nosotros LOS ANTIGUOS SERES HIPERBÓREOS que
aún permanecemos encadenados en este mundo
demoníaco, debemos tener bien presente que el enemigo es
Jehová-Satanás, el Demiurgo de este mundo. (Ver un
resumen de esta concepción en la siguiente figura fuera de
texto).

El Führer continuaba entusiasmado su largo
monólogo y aunque ya había  pasado una larga
hora y llovían sobre nosotros las miradas curiosas de
mucha gente que deseaba sentarse a la mesa, nadie en Alemania
hubiera sido capaz de interrumpirle por un motivo tan prosaico
como yantar una cena. Yo por mi parte sólo deseaba
continuar oyendo las increíbles revelaciones del
Führer y por
eso………………..
 

Un breve punto de
vista esteineriano sobre la lucha
luciférico-ahrimánica externalizada en el
mundo
 

Steiner, quien obviamente no llegó a conocer el
desarrollo y resultado de la guerra mundial,
pero que sí estuvo familiarizado con los primeros
años de praxis
política
nazi en Alemania antes de su muerte, mantuvo una posición
heterodoxa acerca de los orígenes y causas de la Primera
Guerra, en la que ya anticipó una plasmación del
enfrentamiento luciférico-ahrimánico en
Centroeuropa. Y así vió un paralelismo entre la
posición central pero igualitaria del Cristo y la misión de
Centroeuropa en la Primera Guerra
Mundial. Insinuó que el militarismo de Alemania y
Austria y la intransigencia política solas no condujeron a
la guerra contra las potencias mundiales en el Este (Rusia) y el
Oeste (Francia,
Inglaterra y,
desde 1917, los Estados Unidos).
Según Steiner, la Primera Guerra Mundial fue la temprana
expresión de una lucha entre fuerzas luciféricas en
el Este y fuerzas ahrimánicas en el Oeste, y era el
destino de Centroeuropa mediar entre estas dos
fuerzas. 

En un conferencia dada
por Steiner  en Linz en 1915, tras la Primera Guerra
Mundial, que incluimos en el presente número de la
revista
BIOSOPHIA, el fundador de la
Antroposofía hacía
hincapié en que la figura del Cristo, en el grupo
escultórico que estaba esculpiendo para ser plantado en el
nuevo Goetheanum, el mismo debía ser representado como un
ser en equilibrio
entre las fuerzas polares de Lucifer y Ahriman y que este ser era
el símbolo y el modelo para la
propia existencia del hombre aquí en la Tierra. El Cristo,
dentro de la escultura que iba a implantar en el Goetheanum de
Dornach, estaba directamente inmiscuído y relacionado en
el grupo escultórico de las tres figuras: Cristo, Lucifer
y Ahriman, y nos decía Steiner dentro de esa conferencia:
Una tarea especial en la representación de esta figura
del Cristo será hacer visibles dos ideas. En primer lugar,
será importante mostrar cómo el ser que estamos
considerando habita en el cuerpo humano.
En segundo lugar, debe hacerse patente cómo este cuerpo
humano, en cada expresión facial y en cada gesto refleja
un magnífico grado de refinamiento espiritual, que
descendió con el Cristo desde las alturas cósmicas
y espirituales en este cuerpo en su trigésimo año.
Entonces tendremos a las restantes dos figuras del grupo, una a
la izquierda y la otra a la derecha de la figura del Cristo, si
ese es el nombre adecuado para la figura que acabo de
describir………
 

En esa conferencia de Linz presenta a ese triple grupo
en un contexto histórico del mundo y relaciona el
significado de la configuración Lucifer-Cristo-Ahriman con
los sucesos que rodearon a la Primera Guerra Mundial. Nos
decía, acerca de la relación central de Cristo con
las dos potencias adversas y contrapuestas: Estamos inyectando
esta configuración de una relación entre Cristo,
Lucifer y Ahriman en nuestro edificio de Dornach porque la ciencia del
espíritu se nos revela de una manera tal que la
próxima tarea en lo concerniente a la comprensión
del impulso Crístico será hacer que el hombre
comprenda finalmente cómo las tres fuerzas de Cristo,
Lucifer y Ahriman están relacionadas en este mundo. Hasta
hoy se ha hablado mucho de Cristianismo y
el impulso del Cristo, pero el hombre no ha obtenido aún
una clara comprensión de lo que el impulso Crístico
ha traído al mundo como resultado del Misterio del
Gólgota. Ciertamente, se admite generalmente que hay un
Lucifer o un Ahriman, pero al hacerlo, se hace que parezca que
uno debe huir de estos dos, como si uno deseara decir, "¡No
quiero tener nada que ver con Lucifer y Ahriman!" – En la
conferencia pública de ayer  describía la
manera en que pueden encontrarse las fuerzas divino-espirituales.
Si estas fuerzas no quisieran tener nada que ver con Lucifer y
Ahriman, entonces, el mundo no podría existir. Uno no
obtiene la relación adecuada con Lucifer y Ahriman
diciendo, "¡Lucifer, huyo de ti!" Más bien, todo lo
que el hombre ha de luchar como resultado del impulso del Cristo
debe ser visto como parecido al estado equilibrado de un
péndulo. En el centro, el péndulo está en
equilibrio perfecto, pero debe oscilar de uno a otro lado. Lo
mismo se aplica al desarrollo del hombre aquí sobre la
tierra. El hombre debe oscilar a un lado de acuerdo con el
principio luciférico y al otro según el principio
de Ahriman, pero debe mantener su equilibrio cultivando la
declaración de San Pablo, "No yo, sino Cristo en
mí……………..

………….Podríamos
mencionar muchos otros ejemplos a partir de los cuales
sería posible ver cómo la cultura de occidente
está dominada por el principio ahrimánico, y
qué principio provoca que el péndulo se desplace al
lado contrario. En oriente estamos enfrentados al principio
luciférico y en oriente al ahrimánico. En
Centroeuropa se nos ha asignado la inmensamente importante tarea
de encontrar el equilibrio entre oriente y occidente. Por tanto,
la escultura de nuestro edificio de Dornach debe representar la
que consideramos como la más importante tarea espiritual
de nuestra época, es decir, encontrar la relación
de equilibrio entre Lucifer y Ahriman. Sólo entonces se
reconocerá cómo el impulso de Cristo estaba
destinado a influir la evolución terrestre, cuando el
Cristo no es simplemente llevado a la preeminencia, sino que es
conocido de la forma adecuada como una fuerza
ejemplar en equilibrio con Lucifer y
Ahriman………

……….. Es imposible
sobrevalorar la importancia de la magnífica pintura de
Miguel Ángel El Juicio Final, que puede encontrarse en la
Capilla Sixtina de Roma. Cristo es
representado victorioso, dirigiendo a la gente buena a un lado y
a la malvada a otro. Miremos esta figura de Cristo. No posee las
características que nos gustaría destacar en el
Cristo de nuestro edificio de Dornach. Incluso aunque Lucifer
esté por encima de él, debe mostrarse que el Cristo
eleva Su mano con compasión. Se supone que Lucifer no es
derribado por el poder de Cristo, sino que se desploma por su
propio poder al no ser capaz de soportar la radiación
del poder del Cristo, y el Cristo eleva su mirada y enarca su
ceja mirando a Lucifer. De manera similar, Ahriman no es
conquistado por ningún odio de Cristo, sino porque siente
que no puede aguantar las fuerzas que emanan de él. El
Cristo, sin embargo, se eleva en el medio como el que porta el
principio de Perceval a la nueva era y quien, no por medio de Su
poder sino por medio de Su mismo ser, induce a otros a superarse,
y no a ser superados por El. En el fresco de Miguel Ángel,
vemos a un Cristo que usa Su poder para enviar a unos al Cielo y
a otros al Infierno. En el futuro, tal imagen no
será vista como el verdadero Cristo, sino más bien
como un Cristo con cualidades luciféricas. Por supuesto,
esta observación no resta mérito a la
grandeza del fresco, de hecho, lo reconocemos. Simplemente
debemos admitir, no obstante, que Miguel Ángel no era
aún capaz de pintar al verdadero Cristo porque el
desarrollo del mundo no había alcanzado el punto necesario
para hacerlo posible. Debe haber una clara comprensión de
que no podemos volver nuestra atención sólo al Cristo, sino que
debemos fijar nuestra mirada en la configuración
triformada: Cristo, Lucifer y Ahriman. Solo puedo insinuar esto,
pero la ciencia
espiritual eventualmente sacará a la luz el contenido
completo del misterio, la relación de Cristo con Lucifer y
Ahriman.

 

La visión
gnóstica acerca del Demiurgo y de
Cristo
 

La Gnosis Primordial establece que la materia es mala e
impura, la materia es la prisión del Espíritu. Este
mundo material es el infierno. La materia es mala, y si la
materia es mala el creador de la materia debe ser, por
consiguiente, alguien malo. Para la Sabiduría
Gnóstica Hiperborea el mundo material, este mundo, ha sido
creado no por un dios bueno o justo sino por un Satanás
creador. La materia es algo satánico, por lo tanto quien
la creó debe ser también un ser satánico. El
tiempo y el espacio fueron creados juntos, son inseparables, y el
tiempo es el aliento del dios creador. Los animales tienen que
desgarrarse entre sí, destrozarse, para poder comer y
sobrevivir. Los seres humanos necesitan engañarse unos a
otros en todos los órdenes de la vida, para superarse,
para competir, para sobrevivir mejor. 

El Dios creador no es el único dios. Hay por
encima de El otro Dios, infinitamente superior y perfecto,
afirman los gnósticos. Este Dios, incognoscible para el
hombre, está fuera de toda esta creación infernal e
impura. Ningún hombre puede conocer a este Dios a
través de su cuerpo y de su alma, imperfectos y creados.
Sólo el hombre que se ha liberado totalmente de eso puede
tener una pequeña idea, un atisbo de intuición de
lo que es ese Dios que está por fuera de este universo
finito y limitado. Este Dios es para los Gnósticos un Dios
no solo desconocido sino imposible de conocer, es Incognoscible,
es el Dios Verdadero. 

Para la Sabiduría Gnóstica e
Hiperbórea, el animal-hombre, creado por El Uno (el
Demiurgo), es un ser compuesto de cuerpo físico y Alma.
Como producto de
una Traición Original, perpetrada por los Dioses
Traidores, el Espíritu Increado, perteneciente a una Raza
extracósmica, ha quedado encadenado a la Materia y
extraviado sobre su verdadero Origen. El encadenamiento
espiritual al animal hombre causa la aparición
histórica del Yo, un principio de Voluntad inteligente:
carente de Espíritu eterno, el animal hombre sólo
poseía un sujeto anímico que le permitía
adquirir cierta conciencia y efectuar primitivos actos
psicológicos mecánicos, debido al contenido
puramente arquetípico de tales actos mentales. Pero de
pronto en la Historia, por causa de la Traición Original,
aparece el Yo en medio del sujeto anímico, sumido en
él. Así, el Yo, expresión del
Espíritu, surge hundido en la entraña del Alma sin
disponer de ninguna posibilidad de orientarse hacia el Origen,
puesto que él ignora que se encuentra en tal
situación, que hay un regreso posible hacia la Patria del
Espíritu: el Yo está normalmente extraviado sin
saber que lo está; y busca el Origen sin saber qué
busca. Los Dioses Jerárquicos le encadenaron al Alma del
animal hombre para que la fuerza volitiva de su búsqueda
inútil fuera aprovechada por el Alma para evolucionar
hacia la Perfección Final. Sumido en el sujeto
anímico, el Yo es incapaz de adquirir el control del
microcosmos, salvo que pase por la Iniciación
Hiperbórea, la cual produce el efecto de aislar al Yo, del
Alma. Por eso la Sabiduría Hiperbórea distingue
entre dos clases de Yo: el Yo despierto, propio del Iniciado
Gnóstico y el Yo dormido, característico del hombre
dormido u hombre "normal", el humano común y corriente de
nuestro días. 

Pero, continúan en su argumentación los
gnósticos hiperbóreos, mientras los Dioses
kármicos del Demiurgo se ocupaban de castigar a los
hombres con las pesadas cadenas del Karma, muy otra sería
la actitud del
Demiurgo. El, según su característica, ha querido
imitar, y aún superar, a los linajes hiperbóreos
fundando una Raza Sagrada que lo represente directamente, es
decir, que canalice su voluntad, y, por intermedio de la misma,
reinar sobre los Espíritus encarnados. Una "Raza Sagrada"
que, según su Plan, se levante en el medio mismo de los
pueblos condenados al dolor y al sufrimiento de la vida y que,
triunfando sobre ellos, acabe por infligirles la
humillación final de someterlos eventualmente al final de
los tiempos a la Sinarquía de la Logia Blanca. Entonces
los linajes hiperbóreos, hundidos en el barro de la
degradación espiritual, exhalarán sus
últimos lamentos y esos gritos de dolor, esos alaridos de
espanto, serán la dulce música con que la
Raza Sagrada regalará a su "Dios" Jehová, a quien
los gnósticos consideran ser Satanás, el Demiurgo
de la Tierra.  

El principal crimen del hombre, dicen los
gnósticos, ha sido negar la supremacía de "Dios",
es decir, del Demiurgo terrestre Jehová, y rebelarse a su
esclavitud.
Pero el hombre es un ser miserable, inmerso en un Infierno de
Ilusión en el que se siente insensatamente "a gusto", sin
posibilidades de romper el hechizo por sí mismo. Si ha
negado al Demiurgo y se ha "rebelado" ha sido en virtud de un
agente exterior, pero: ¿qué "cosa" en el Mundo
puede ser capaz de despertar al hombre, de abrir sus ojos a la
divinidad olvidada?. Pero esa "cosa", ese "objeto abominable",
dicen los gnósticos luciféricos, no es de este
Mundo y de él ha "comido" el
hombre-Espíritu-cautivo. Ese "fruto verde", que más
tarde llamarán Gral, es un alimento que nutre con la
gnosis primordial, es decir, con el
conocimiento sobre la Verdad de los orígenes. Por el
Gral, fruto prohibido por excelencia, el hombre sabrá que
es Eterno, que posee un Espíritu Divino encadenado a la
materia, que procede de un Mundo imposible de imaginar desde el
Infierno terrestre pero por el que siente nostalgia y al que
desea regresar. Y en definitiva es ello lo que constituye la
tentación luciférica para el iniciando
cainita: la promesa de ese Paraíso de vuelta al Origen del
Dios verdadero al lado de su representante
Lucifer.  

Para los gnósticos el hecho de recordar el Origen
Divino será, en adelante, un terrible pecado y
quienes lo han cometido deberán pagar por ello; esa es la
Voluntad del Demiurgo, lo que denominan la "Ley de
Jehová Satanás"
. Serán sus Ministros,
las jerarquías de la Logia Blanca, quienes se encarguen de
ejecutar la condena cobrando el castigo en una moneda que se
llama: dolor y sufrimiento. El instrumento será,
naturalmente, la encarnación, repetida mil veces en
transmigraciones "controladas" por la "Ley" del Karma,
declarandose, en una terrible plasmación de la
prisión del mundo, que el dolor y el sufrimiento son "para
bien" de los Espíritus, "para favorecer su
evolución".  

Según las leyendas y
mitos
Gnósticos, el gran Dios Incognoscible envió al
Verdadero Kristos, a Lucifer, al Gallardo Señor, Lider y
Jefe de la Raza de Espiritus Hiperboreos, ángel de Corazon
de Hielo y Voluntad de Fuego y de Luz negra increada inefables,
para iluminar a los hombres, para ayudarlos a despertar y a
conocer su verdadero origen, el origen de su Espíritu,
perversamente aprisionado en esa materia impura llamada
cuerpo-alma. El conocimiento
salvador capaz de despertar a los hombres y ayudarlos a liberar a
sus Espíritus cautivos. El conocimiento apropiado para que
el hombre pueda conocer quién es, por qué
está aquí en este mundo y qué debe hacer
para liberarse y realizar su Espíritu, el cual pertenece a
otro plano, increado e incognoscible. 

Hay algo en el hombre que no ha sido creado por el dios
creador: el Espíritu Eterno. El Espíritu ha sido
traído de afuera, de otro plano, de otro mundo, y por
tanto no pertenece a este mundo. Ha sido agregado al compuesto de
cuerpo y alma que era el hombre animal antes de la venida
luciférica, para hacerle funcionar eficazmente, conseguir
adquirir un Yo y en su consecuencia evolucionar, porque el hombre
anterior creado por el Dios creador constituía un engendro
sin autoconocimiento ni consciencia ni yo. Pero el
Espíritu luciférico ha sido puesto allí
contra su voluntad, se encuentra encarcelado en la materia. Y
entonces es el Espíritu lo que se rebela, no  contra
su creador, el Dios Incognoscible del que procede,  sino que
contra quien en realidad se rebela es contra su carcelero y
aprisionador. En su consecuencia el hombre luciférico
tiene el deber de oponerse sistemáticamente al que le
oprime y le explota para su beneficio, y su función
fundamental en esta vida es rebelarse y eventualmente
desencadenar y liberar a ese Espíritu con el que se
identifica: el Lucifer interno. 

Por lo tanto, argumentan los hiperbóreos, si el
Demiurgo creó el cuerpo y el alma del "Ser Humano", hay
esa otra cosa más que es el Espíritu increado, no
creado por Dios, que ha sido aprisionado, adosado, al alma del
hombre. La biblia no lo dice, alegan los gnósticos
luciféricos porque la biblia habla de lo creado por el
Dios demiúrgico que creó el cuerpo y el alma. Pero,
afirman, el hombre tiene un cuerpo, un alma y un Espíritu.
Un elemento que proviene de otro mundo, de otro reino, del reino
incognoscible de la antimateria que en nuestro estado habitual no
podemos siquiera imaginar. Esa chispa antimaterial sin la cual
ningún ser humano hubiera evolucionado hasta llegar a ser
lo que es ahora, es el Espíritu. Sin él,
ningún ser humano se hubiera diferenciado jamás del
animal común. Esa chispa especial, increada, divina,
proveniente del reino incognoscible, es denominada
Espíritu. Según la Sabiduría Hiperborea,
este Espíritu, que no pertenece a este mundo, ha sido
atraído y encadenado a la materia infernal, para
utilizarlo, para usarlo como un agente impulsor de la
evolución material. Se ha atrapado en cada hombre una
chispa increada, para poner en marcha todo este proceso
evolucionario que está dentro de los planes del Dios
creador. Se utilizan Espíritus divinos para impulsar la
evolución en este plano de materia impura y por tanto es
la energía divina del Espíritu prisionero lo que
impulsa la evolución de lo que ellos denominan que era un
animal-hombre. 

Tras haber comido de la fruta del arbol de la ciencia del
bien y del mal el hombre despertó, cuando la Serpiente
tentadora del Edén le dió a comer el fruto
prohibido que abrió sus ojos y se hizo conocedor del bien
y del mal.. Según los Gnósticos esta Serpiente es
Lucifer, que tomó la forma de una serpiente para despertar
a los hombres: el que trae la Luz, el Portador de Luz. Lucifer es
un Enviado del Dios Supremo, el Dios Incognoscible. Es un
Enviado del Dios Verdadero que penetró en este mundo de
miseria, imperfecto y deficiente, para despertar y liberar al
hombre, para mostrarle cuál es su verdadera
situación y cuál puede ser su alto destino. Por
esta razón los hombres que siguen los mandamientos del
dios creador ven a la serpiente como algo maligno y
satánico, y en medio de su gran confusión la
equiparan a Satanás.  

Por el contrario, los Gnósticos ven a la
Serpiente Lucifer como salvadora, como alguien que vino a salvar
a los hombres, como un Enviado del Dios Verdadero, que ha venido
a liberar al hombre de la tiranía de Yahvé, de
la "tiranía" del dios creador. Esta Serpiente
iluminadora que trae la Gnosis, la verdad Gnóstica que
permite descubrir lo auténtico y verdadero en este mundo
de confusión, ha venido a liberar al hombre y ayudarle a
salir de este mundo satánico, a regresar al mundo de donde
proviene: el Origen, el Paraíso espiritual, la Patria del
Espíritu de donde proviene el hombre cainita. Por tanto
esta Serpiente es, para los Gnósticos, la Serpiente de la
Salvación, la Serpiente que ha abierto los ojos de los
hombres, que les ha ofrecido la manzana de la
emancipación, para ayudarlos a despertar y liberarse de
este mundo de miseria y materia impura.

         
Los Gnósticos de épocas posteriores, en los
orígenes del cristianismo, los denominados
Gnósticos Cristianos o Cristianos Gnósticos,
percibieron a Cristo como la Serpiente del Génesis. Esto
fue así porque Cristo, mucho después de los sucesos
del paraíso terrenal, al igual que la Serpiente vino a
traer un mensaje liberador. Un mensaje que libera de este mundo
impuro a los hombres. Según estos Gnósticos
Cristianos, se trató de un conocimiento (la Gnosis)
capaz de poner a los hombres en contacto con el otro mundo,
opuesto al del demiurgo: el mundo incognoscible del Dios
Verdadero.  Por ello a Cristo, portador de ese mensaje, de
esa Gnosis, se lo ha equiparado a la Serpiente del
Génesis, quien vuelve por segunda vez a la Tierra para
ayudar nuevamente a la humanidad. En la primera venida fue la
Serpiente Lucifer y en la segunda, dicen los Gnósticos,
fue también el mismo Lucifer, en forma de Cristo, el
Cristos Lucifer. Según estos Gnósticos cristianos,
cuando Cristo vino al mundo lo hizo por segunda vez, pues la
primera fue en el paraíso terrenal, y en ambas, dicen los
gnósticos, se trató en realidad de Lucifer, como
Enviado del Incognoscible, la Serpiente es Cristo, el Salvador
que vino dos veces a este mundo. Para ellos el cristianismo
Verdadero es el cristianismo luciférico, el que que se
dió en la Atlantida, de manera que el actual es un
Judeocristianismo basada en el Mesias Hebreo, el Arquetipo
judaico pergeñado por el Demiurgo, el cual por lo tanto es
una Copia del Original que no Libera y solo Lleva a la fusion con
el Demiurgo y su Universo Creado.  

Es evidente la confusión que efectúan
acerca de la figura de Cristo, al adjudicarle ser la esencia de
Lucifer, el mismo ser que advino en la Atántida. Para los
Hiperbóreos gnósticos Jesús de Nazaret vino
a incorporar de nuevo la identidad
espiritual de Lucifer, y, aseguran, es esa divinidad la que
realmente adoraron los primeros gnósticos cristianos,
aunque finalmente se traicionara tal designio, pues la
encarnación crística de hace dos mil años
eventualmente formaba parte del plan general del Demiurgo
Jehová de conformar un mesías que, frente a los
linajes del Espíritu Hiperbóreo,
representaría al Arquetipo judío al que se
adaptarían culturalmente todos los pueblos occidentales y
arios, al servicio del
sionismo y de la raza judía que finalmente reinaría
en el mundo para dirigir y representar la Sinarquía
mundial y al Gobierno institucionalizado globalmente de las
Potencias de la materia. Y así Nimrod Rosario establece
dentro del mismo texto antes reseñado: 

Ya mencioné que, durante los días de
mayor decadencia espiritual de la Atlántida, Kristos
Lúcifer se manifestó a la vista de los hombres
dormidos. Su Presencia tuvo la virtud de purificar y orientar a
muchos hombres, quienes, gracias a este descenso a los Infiernos
realizado por el Gallardo Señor, pudieron así
emprender el sendero del Regreso. Sin embargo la reacción
cobarde de los Dioses Traidores, que recurrieron al empleo de la
magia negra para impedir el rescate, condujo finalmente a una
guerra sin cuartel que sólo concluyó cuando hubo
desaparecido la última Atlántida. Y aunque el
continente atlante desapareció devorado por las aguas y
miles de años de barbarie y confusión
estratégica borraron estos hechos de la Historia, no es
menos cierto que el drama vivido fue tan intenso que jamás
se oscureció del todo en la memoria
colectiva de los linajes hiperbóreos. Se intentaba
ceñir a los miembros de la Humanidad, sin
distinción alguna por su Raza o religión, a un "typo"
psicológico universal o sea a un Arquetipo colectivo. Ese
Arquetipo, por supuesto, era el de la Raza hebrea pues lo que se
quería en definitiva era judaizar a la humanidad y
prepararla para el Gobierno Mundial de la Sinarquía. Para
la misión de "preparar el vehículo" mediante el
cual Jehová Satanás se manifestaría a los
hombres, fue comisionado uno de los Maestros de Sabiduría
de la Fraternidad Blanca, quien sería conocido, luego de
su encarnación, como Jesús de Nazareth. Pero el
cuerpo físico del Mesías poseería una
constitución diferente a la de un simple hebreo:
María sería preñada "con la mirada" por uno
de los Demonios de la Jerarquía, el "Angel Gabriel", quien
en realidad emplea el método de
"intersección de campos", una de las tres formas de
partenogénesis que existen: de este modo se imitaba
también a la Virgen de Agartha, Ama, la Madre de
Navután, que fue embarazada en Venus por otro "Angel", el
"Serafín Lúcifer". Si la obra del Mesías
triunfaba la Humanidad entera sería "civilizada", es decir
judaizada, y se acabaría la "barbarie", es decir el
recuerdo mitológico de los ancestros Divinos ¡Con
qué colosal hipocresía se planificó y
ejecutó la estafa! Luego de Jesús Cristo
¿quién sería ya capaz de distinguir entre el
Kristos de la Atlántida y su caricatura?
Sólo unos pocos han sospechado el engaño,
Gnósticos, Maniqueos y Cátaros, y contra ellos ha
caído el anatema de las Fuerzas Oscuras, la
persecución y el aniquilamiento. ¡Con qué
colosal hipocresía se planificó y ejecutó la
estafa! Luego de Jesús Cristo ¿quién
sería ya capaz de distinguir entre el Kristos de la
Atlántida y su caricatura? Sólo unos pocos han
sospechado el engaño, Gnósticos, Maniqueos y
Cátaros, y contra ellos ha caído el anatema de las
Fuerzas Oscuras, la persecución y el aniquilamiento. El
Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al igual
que todos los Arquetipos en el Plano Arquetípico, fue
precipitado al plano físico o actualizado durante la
encarnación del Demiurgo en el cuerpo de Jesús de
Nazareth. Tal actualización del Arquetipo Malkhouth
significa que se ha establecido una fuerza permanente en la
Tierra, la cual actúa de manera equivalente a la
gravitatoria "empujando" al hombre hacia la forma judaica. Ello
es debido a una razón que es también un terrible
secreto: ¡Jesús Cristo no ha desencarnado! Por el
contrario se ha situado desde entonces "en el centro de la
Tierra", junto al Rey del Mundo, irradiando desde
allí…………….. 

…………"En el año 30
de la Era cristiana el Verbo se hizo carne y habitó entre
los hombres". Aquel por cuya Palabra fue creado el Mundo, se
vistió con el ropaje de su Arquetipo Hebreo, Malkhouth, y
se manifestó a los hombres en la persona de
Jesús de Nazareth. Fenómeno de los
fenómenos, Maravilla de las maravillas, ¡qué
espectáculo prodigioso habrá sido ver al Demiurgo
hecho hombre! Hay que reconocer que esta vez hubo una innegable
calidad en su
infernal idea de imitar al Kristos de la Atlántida y
aprovecharse del Recuerdo de Sangre de los hombres. El resultado
está a la vista. Poco a poco los pueblos salieron de la
"barbarie" y la "Civilización" se extendió hasta
los últimos rincones de la Tierra. Y los hombres lenta
pero inexorablemente se han ido adaptando al patrón
psicológico judío ¿cómo se
logró este éxito?
¿por qué alquimia colectiva la efímera vida
de Jesús Cristo consiguió influir sobre los pueblos
durante milenios hasta desembocar en su completa
judaización? ¿fue sólo el Recuerdo de Sangre
del Kristos de la Atlántida lo que determinó tal
resultado o hubo otros factores ocultos que contribuyeron a la
confusión de la Humanidad y a su judaización
actual? Sin entrar en demasiados detalles, dado que el tema da
para largo, puedo decir que el Arquetipo Hebreo de Jesús
Cristo, que se hallaba al igual que todos los Arquetipos en el
Plano Arquetípico, fue precipitado al plano físico
o actualizado durante la encarnación del Demiurgo en el
cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del
Arquetipo Malkhouth significa que se ha establecido una fuerza
permanente en la Tierra , la cual actúa de manera
equivalente a la gravitatoria "empujando" al hombre hacia la
forma judaica . Ello es debido a una razón que es
también un terrible secreto: ¡Jesús Cristo no
ha desencarnado! Por el contrario se ha situado desde entonces
"en el centro de la Tierra ", junto al Rey del Mundo, irradiando
desde allí su "potencia
arquetípica" (hoy diríamos "información genética")
en infinitos ejes geotopocéntricos que parten del centro
terrestre y atraviesan la columna vertebral de los hombres. Esta
es la fuerza arquetípica permanente de Jesús
Cristo. Pero no es la única: también actúa
sobre el hombre una influencia judaica emocional , irradiada
desde el propio "Pueblo Elegido" de Israel ya que la Raza Sagrada
forma parte de la anatomía oculta de la
Tierra cumpliendo la función de chakra corazón o
anhata chakra.

Con respecto a la última pregunta vale la pena
destacar que el "animal-hombre" creado por el Demiurgo hace
millones de años para que "evolucionase" de acuerdo al
Plan que siguen los siete Reinos de la Naturaleza , tendía
naturalmente a conformar un typo que respondía a algunos
Arquetipos básicos. Sin embargo, desde el año 33 de
la Era Cristiana , puede asegurarse que el Arquetipo judaico de
Jesús Cristo es ahora el Arquetipo psicológico del
hombre, es decir, el tipo hacia el que tiende por
evolución. Esto significa que en los hombres, quienes
poseen por el antiguo Misterio de A-mort una herencia animal,
las tendencias animales le impulsarán inconscientemente
hacia el Arquetipo judaico. Sólo la pureza de sangre
podrá evitar el predominio de las tendencias animales y el
consiguiente peligro de corresponder psicológicamente con
el Arquetipo
judaico…………… 

Nos llama poderosamente la atención la
relación de alianza antiluciférica que en todo
momento nos presentan los Hiperbóreos gnósticos, y
así lo acaba de manifestar también el
pontífice nazi, entre el Jehová demiúrgico y
la Fraternidad o Logia de Maestros de Shamballa, como
representantes ambos de la llamada Sinarquía mundial
sionista y materialista antiluciférica, cuando cualquiera
que haya leído los textos teosóficos de la Sra.
Blavatsky o de la arcana Alice Bailey, ambas canalizadoras de la
ideología espiritual de los dos miembros fundamentales de
tal Fraternidad, los mahatmas Koot Hoomi y Morya, habrá
recogido de forma contínua en tales textos los ataques y
críticas proluciféricas de dicha Logia contra el
Demiurgo Jehová, como dios lunar menor en relación
con el dios solar Lucifer, y asimismo contra los desmanes
más recientes del pueblo judío en el asentamiento
de su actual estado de Israel. El tratamiento que HP Blavatsky da
al concepto de Jahvé en su Doctrina Secreta, debido
a cierta antipatía que sentía tanto contra Cristo
como contra Jahvé, mostraba a éste como deidad
lunar cuyo adversario es Lucifer, al que consideraba un dios
positivo y solar, siguiendo el antiguo enunciado de "Christus
verus Luciferus
", como vehículo de luz
espiritual. 

La
iniciación luciférica y la iniciación
cristiana
 

Todo hombre, tarde o temprano, establecen los autores
gnósticos luciféricos, deberá optar por uno
de los dos únicos caminos, opuestos e irreconciliables,
que existen para él: la realización de su Alma o la
realización de su Espíritu. No hay una tercera
posibilidad. El camino de la mano derecha, hacia el Demiurgo, a
través del perfeccionamiento del alma, o por el contrario
el Camino de la Mano Izquierda, hacia el Incognoscible, a
través de la liberación del Espíritu. El
Alma o el Espíritu son lo que constituye la meta u
objetivo
particular de una iniciación, y por ello, afirman,
sólo existen iniciaciones del Alma e iniciaciones del
Espíritu. Ambas tienen por finalidad facilitar el acceso
del aspirante hacia el destino escogido por
él. La Iniciación
Hiperbórea, dicen los hiperbóreos, es el
tránsito, no espacial ni temporal, sino estratégico
hacia el selbst, hacia Hiperbórea terrestre, hacia Thule,
hacia Agartha, hacia el Valhalla, hacia Venus, hacia el Origen,
hacia Hiperbórea original, fuera del demencial Universo
material creado por El Demiurgo, El Uno, hacia la eternidad del
Espíritu, cerca del Dios Incognoscible y de Kristos
Lucifer, el Gran Jefe de la Raza de los Espíritus
Hiperbóreos. 

           
Para los gnósticos hiperbóreos, el objetivo
de las iniciaciones del Alma tiene por objeto la fusión
final con el Demiurgo. Si alguien nos habla de la "unión
con Dios", de "perderse en Dios", de la "fusión de la
conciencia individual con la Conciencia Una", del samadhi
(disolución en el Demiurgo), etc., los seguidores de
Lucifer sabrán, que se encuentran frente a una
religión, secta o movimiento
esotérico dirigido finalmente por el Demiurgo, y en su
consecuencia las iniciaciones que se puedan otorgar allí,
serán iniciaciones del Alma y no del Espíritu. Por
el contrario, en las iniciaciones del Espíritu
jamás se habla de fusión con ningún Dios. Al
final del camino, cuando se produce el enfrentamiento total con
el Demiurgo, afirman los luciféricos, el iniciado
deberá resistirle y rechazarle, excluirle y excluirse para
siempre. En estos casos no se hablará del samadhi
sino del kaivalya: que significa separación
absoluta. Pero un kaivalya especial, no sólo una
separación total con respecto a todo lo creado por el
Demiurgo, sino que el verdadero kaivalya comprende
inevitablemente la separación total y absoluta del
Demiurgo mismo. 

Además, un principio fundamental de la
iniciación luciférica sería distinguir que
en las iniciaciones que conducen al Demiurgo se procura, afirman
ellos, en el aspirante un debilitamiento paulatino del Yo y su
posterior renuncia a él. Los gnósticos
luciféricos creen que todo movimiento religioso que
trabaje a favor del Demiurgo le dará una gran importancia
a la necesidad de anular al Yo en los aspirantes. Tienen el
convencimiento de que para que la fusión con el Demiurgo
tenga éxito, es fundamental que el aspirante renuncie
totalmente a su Yo. Una vez que el yo se haya desintegrado, la
cáscara vacía en que el iniciado se ha convertido
será llenada inmediatamente por el Demiurgo. Tal hombre,
afirman, se ha entregado al Demiurgo como un animal que va a su
propio sacrificio, hacia la nada y la nada es llenada por el
Demiurgo. Y así se ha cumplido la meta del
Demiurgo, ese hombre ha recorrido un largo camino para terminar
disolviéndose en Aquel que le creó. A la inversa,
en las iniciaciones del Espíritu, afirman los
hiperbçoreos, se procura siempre una ampliación y
engrandecimiento del Yo y una acumulación suplementaria de
"poder". Agrandar y aumentar el Yo, alegan, es acercar el
Espíritu. Pues si no existe el Yo, el Espíritu no
puede manifestarse. Renunciar al Yo es renunciar al
Espíritu. Obviamente no se refieren al Yo como Alma, sino
al yo como afirmación del poder personal y el
ego. 

Así como en las iniciaciones del Alma se habla de
evolución, de futuro y de progreso, cuando se dice que "El
alma debe evolucionar hasta fundirse con Dios", o que "Toda la
creación evoluciona hacia Dios", o que "La sociedad humana
continuará evolucionando hasta llegar a ser una
comunión universal de almas", en las iniciaciones del
Espíritu se habla de retorno y de pasado. Para los
gnósticos el mundo marcha hacia su degradación y su
destrucción, ya que nada bueno nos espera en el futuro. Es
imprescindible la restauración de Algo que existió
en el pasado. Para reparar la Gran Injusticia cometida por el
Demiurgo y sus Jerarquías, es preciso retornar hacia ese
pasado para desactivar todo, para liberar lo que haya que liberar
y para destruir lo que haya que destruir. Y sobre todo es preciso
distinguir, dicen abiertamente, que en eso que denominan las
iniciaciones del Alma se hablará de compasión,
devoción, amor,
generosidad y servicio. Compasión por todos los seres
creados por el Demiurgo, amor al Demiurgo y a los demás
hombres, haciendose hincapié en la culpa y en el
arrepentimiento.. "Amor a todo lo que el Aliento de Vida Divina
ha traído a la existencia". Servir a los demás, a
los "Maestros" de la Logia Blanca y al Demiurgo, dicen, "para que
se cumpla el Plan de la Tierra ".  

Por el contrario, en las iniciaciones del
Espíritu se habla del aspirante como de un guerrero que ha
declarado la guerra total a las fuerzas de la materia. No
se habla de paz sino de espada, se habla de lucha por
la libertad y de asaltar el cielo
. No se habla de amor ni de
devoción, ni de culpa ni de arrepentimiento, sino de
deber, de honor y de venganza. Hay que tener en cuenta que
a medida que el aspirante se va Espiritualizando, aumentan en
él la agresividad y la repulsión contra todo lo que
es anti-Espiritual e impuro, material y creado. Es, ni más
ni menos que la hostilidad natural del Espíritu hacia el
Demiurgo y hacia su obra. Y ahí distinguen y establecen
claramente que si el Espíritu sintiera amor hacia el
Demiurgo y su creación, no sería un
Espíritu, sería un Alma. El Alma, afirman, es amor
puro (al Demiurgo y su obra). El Espíritu es odio
puro
(al Demiurgo y a su obra). 

La consumación de su liberación y
emancipación se realiza durante la ceremonia de
iniciación, en la que el aspirante se dirige al Demiurgo
declarando su independencia
con respecto a él y a su creación,
comunicándole expresamente que ya no pertenece a su esfera
de autoridad y
que ha trascendido todo su poder e influencia. El iniciado
reconoce al Dios Incognoscible, rechaza la autoridad del Dios
creador y sus mandamientos, y declara que ha sido liberado para
siempre del poder del Demiurgo. Y por tanto a partir de
allí su relación con el Demiurgo será
completamente distinta. A través de la iniciación
gnóstica, el iniciado luciférico ha cambiado
radicalmente su relación con el Dios creador, pues por fin
se ha separado del Demiurgo y de toda la creación. Se ha
separado de su cuerpo y de su alma. Ha quedado fuera de las leyes
que rigen el mundo de la materia y del tiempo, fuera de todolo
que no sea su esencia, su Espíritu. 

¿Por qué estoy aquí, en este
mundo?, se pregunta el aspirante gnóstico Y se contesta,
siguiendo la filosofía espiritual luciférica: estoy
aquí para ser usado como animal de laboratorio,
en un experimento descabellado y demencial concebido por un Dios
inferior. Este plan requiere del aprisionamiento de mi
Espíritu Eterno, a fin de utilizar su potencia antimateria
para impulsar la evolución de ese engendro impuro y
perecedero denominado cuerpo-alma. Para que un hombre pueda
alcanzar alguna vez el objetivo final para el cual ha sido
creado, que sería su fusión y su
transformación en el Demiurgo, es imprescindible la
potencia de un Espíritu. Esta energía antimateria,
capaz por sí sola de poner en peligro a toda la
creación, es parcialmente desactivada y disminuida a fin
de ser utilizada sin peligro. Para ello el Espíritu debe
ser encerrado y confundido, para que aporte solo una
ínfima parte de su potencial a la obra siniestra del
demiurgo. Por tanto mi finalidad en esta vida es que debo
despertar. Debo tomar conciencia de mi verdadera situación
y hallar una salida. A continuación deberé
liberarme y escapar de la prisión. A partir de entonces el
Espíritu liberado le está arrebatando al Demiurgo
creador su obra más importante y echando por tierra con
sus planes, dice el creyente gnóstico, que piensa que el
Demiurgo creó al hombre para que le admire y adore
devocionalmente. Y al final ha de ocurrir justamente lo
contrario: el cuerpo y el alma del hombre habrán de ser
transformados por el Espíritu en opositores radicales al
creador y a su obra. 

 La Gnosis Primordial, el Lucifer interno, en el
momento de la inicación luciférica y antes dentro
de todo el proceso de liberación del Espíritu, le
dice al aspirante  que debe elegir uno de sus yoes, el
más fuerte, el más parecido a su Espíritu.
No importan los demás yoes, sólo importa ese yo, el
yo del Espíritu. Hay muchos yoes en cada hombre, pero solo
uno corresponde al Espíritu. El resto son yoes del Alma.
Estos últimos impulsan al hombre a "amar a Dios", "amar
al prójimo", "poner la otra mejilla", "compartir todo con
los demás", "colaborar en la obra de Dios"
, etc. El Yo
del Espíritu, por el contrario, es el máximo
opositor al creador y su creación. Por ello es preciso
distinguir entre el Yo que corresponde al Espíritu y al
Dios Incognoscible, por una parte, y los demás yoes,
verdaderas legiones de diablos, por la otra, dice la doctrina
gnóstica
hiperbórea. El
Espíritu en el hombre representa al Dios Incognoscible. El
cuerpo y el Alma del hombre representan al Dios creador y por lo
tanto es eso lo que debemos distinguir: el bien (el
Espíritu) y el mal (el cuerpo-alma demiúrgico)
dentro del hombre.

Hasta aquí hemos expuesto con la mayor
objetividad posible las lineas preconizadas por los promotores de
la Iniciación Hiperbórea, con todos sus matices
luciféricos y gnósticos, y lo cierto es que la
Iniciación Luciférica fue la única
Iniciación correcta posible durante todos los miles de
años previos a la encarnación de Cristo hace dos
mil años en el mundo físico. Todas las inciaciones
que en nuestro planeta han tenido lugar durante milenios se han
producido  gracias a la intervención y las
energías de Lucifer, tal y como explica en reiteradas
ocasiones Rudolf Steiner. Y en realidad Lucifer planteó un
problema a la evolución
humana por lo excesivo de su moralidad,
puritanismo y espiritualidad, que hubieran desligado
prematuramente a la humanidad del mundo material, y fue por esa
razón que Jehová tuvo que vincular al ser humano a
la tierra a través de los instintos y las pasiones, tal y
como explica Steiner al hablar de la exacta naturaleza de la
Octava Esfera

A nuestro entender tanto la Iniciación
Luciférica, como lo fue la budista, con su moralidad
estrictamente rígida y su patente rechazo por el mundo
material, como la Iniciación Ahrimánica (la de los
Mahatmas Hindúes de Blavatsky y la de los Brujos mexicanos
de Castaneda) son lineas de Iniciación ya antiguas y
desviadas, pero ninguna de ellas puede ser designada con rigor
como pertenecientes a la Iniciación Invertida o de Magia
Negra, que pertenece a un orden de realidad absolutamente
diferente. ¿Dónde enclavar a la Hiperbórea
que reivindica la violencia
destructiva netamente asúrica del nazismo?. La
Iniciación Luciférica persigue un bien para la
Humanidad: que retorne a su situación primigenia, en un
estado de plenitud y bienaventuranza, en el mundo suprasensible.
Ahriman, a su vez, es menos realista todavía que Lucifer,
hasta el punto de considerar factible convertir el "infierno" del
mundo físico material en un "Paraíso", en el que
los hombres puedan vivir felices, y así, pretende
conseguir aislar a la tierra de las destructivas y nefastas
influencias Asúricas y convertirlo en un "vergel" para el
disfrute del ser humano. 

Bajo el punto de vista iniciático cristiano, en
un prisma básicamente realista,  se comprende que el
"paraíso en la tierra" es una utopía irrealizable.
Allí donde estén los Asuras no habrá nunca
paraíso posible, y los Asuras son inseparables del mundo
material, pues tales seres son las únicas entidades
capaces de generar materia física, y mientras la humanidad
precise del mundo físico para adquirir una consciencia
individualizada y autónoma, habrá de seguir pagando
su deuda a tales entidades, los Espíritus de la
Oscuridad. 

Si tal y como explicó Cristo "Su Reino no era
de este Mundo
", el Paraíso al que debemos de aspirar
los seguidores del Impulso de Cristo, no se ubicará en el
mundo material, y la tarea de los Iniciados Cristianos
sería la de, ampliando su esfera de responsabilidad y asumiendo la consciencia
crística, una vez vencido aunque sea en términos
relativos su ego Asúrico, redimir y rescatar primero,
junto con todos los discipulos y hombres de buena voluntad, a los
espíritus elementales y entidades grupales involucrados en
el sostenimiento de los diversos Reinos de la Naturaleza.
Además de reintegrarse a la armonía cósmica,
la bienaventuranza inicial, y el Nirvana preconizado por Lucifer,
situando a la humanidad como conjunto en la misma posición
en la que se hallaba  antes de acercarse al mundo
físico con respecto a las jerarquías Espirituales y
los seres que habitan el cosmos, la Iniciación cristiana
requiere haber obtenido previamente un máximo de
individualidad, aspecto absolutamente inexistente en las
iniciaciones orientales, donde en vez de anularla como se
hacía en las previas la individualidad se refuerza,
única forma de identificación con el Cristo y con
el Hecho del Gólgota, y de lograr el estado
anímico descrito por Pablo: "no yo, sino Cristo en
mí"
. Y en tal sentido hay que decir que quien trabaja
a partir del móvil correcto, no busca un progreso
espiritual para sí mismo y su exclusivo propio interés,
sino para el beneficio de la humanidad en su conjunto. El mismo
Cristo lo señaló de manera muy clara: "Quien se
busque a sí mismo, se perderá; pero quien se pierda
por Mí, se encontrará". No existe nada más
sagrado que involucrarse con interés en el destino de los
otros seres humanos, y cualquier otrocamino, desprovisto de ese
elemento de Cáritas altruista, conducirá al
error y al desconcierto, a la confusión y al dolor. Cristo
ha "ascendido" de nivel, aunque parezca paradójico, al
abandonar hace dos mil años su ámbito
macrocósmico, para introducirse en el alma humana, donde
ha de tomar el lugar de Lucifer, que, una vez liberado por el
aspirante, se reintegrará a su anterior dimensión
Microcósmica. Este reemplazo y sustitución de
lugares de Lucifer por el Cristo interno, es la clave del
Pentecostés, que debe de hacerse vivo en cada Iniciado
cristiano. 

Partes: 1, 2, 3
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